Una de las cosas con mayor distinción y elegancia en la moda del vestir es un pañuelo fino, hecho con la seda de mejor calidad y guardado cuidadosamente en el bolsillo de un saco de traje o blazer. La persona que lleva uno es aquella que cuida los detalles y pone el estilo y la elegancia por encima de las cursilerías de la moda. Estos pañuelos podrán ser pequeños pero su impacto puede ser muy significativo –la interacción entre los colores de un pañuelo y los de un traje, camisa, corbata o zapatos es lo que da el toque final a un atuendo, dejando una imagen perdurable.
Comúnmente relacionamos los pañuelos con la moda masculina, sobretodo durante la primera mitad del siglo 20, cuando los trajes para caballero eran muy elegantes y no había mucho de dónde escoger. Vale la pena repasar la historia de estos bellos accesorios; es larga pero fascinante.
Los Pañuelos en Egipcio, Grecia y Roma
La historia de la moda como concepto, es más larga de lo que muchos imaginan. Desde el momento en que la gente ha tenido la opción de escoger una prenda de vestir sobre otra, las tendencias sobre la moda han ido y venido como las estaciones del año.
Al revisar la historia antigua sobre la moda, la civilización que más sobresale entre las demás es la del antiguo Egipto. Es aquí, entre las pirámides y esfinges sobre el río Nilo, donde podemos empezar a recorrer el viaje que ha tenido el pañuelo a través de las épocas. Mucho de lo que se sabe hoy sobre los antiguos egipcios es mucha especulación, descifrada de pequeños fragmentos de escritura antigua y de descubrimientos arqueológicos, pero hay suficiente evidencia que sugiere que estaban muy avanzados en cuanto a la moda se refiere. Cosas como el delineador de ojos, las batas elaboradas, las joyas preciosas y las máscaras de oro eran parte de la alta sociedad egipcia, y sabemos con seguridad que los egipcios eran expertos en usar los colorantes vegetales y minerales para crear telas hermosas. Los pañuelos en el antiguo Egipto, eran trazos de tela pigmentadas de un color rojo brillante, y se portaban como símbolo de riqueza y elegancia. Básicamente era un material que demostraba que la persona que lo usaba tenía buen gusto y le daba importancia al estilo individual. Le suena familiar?
Al pasar el tiempo, al pañuelo se le empezó a dar un uso más práctico, y en la antigua Grecia no era un accesorio exclusivo de la alta sociedad. En aquel tiempo, el mundo era un lugar muy insalubre y era costumbre remojar los pañuelos de lino en aceites de aroma dulce y perfumes para enmascarar los malos olores que, se creía, eran portadores de enfermedades.
Los romanos estuvieron aún más al tanto de la moda que los egipcios, y con sus avances tecnológicos introdujeron nuevas formas de bordar y decolorar telas, llevando a la sastrería a un nivel más sofisticado. Para los romanos propietarios de tierras, eran obligatorios la decoración y el materialismo, y los pañuelos se sumaron a su repertorio de accesorios. El primer uso realmente emblemático que se le dio al pañuelo, surgió en la cumbre del primer imperio romano como símbolo del barbarismo en los juegos de gladiadores. En el Coliseo de Roma, el emperador dejaba caer al piso su pañuelo blanco para así dar comienzo a los juegos, y las multitudes observaban en silencio hasta que descendía al suelo antes de aclamar su entusiasmo.
Los Pañuelos en la Edad Media
Con el paso de los años, la industria textil en Europa empezó a tener grandes cambios al surgir técnicas de tejido más sofisticadas. Alrededor del año 1000 DC, se podían encontrar tejedores artesanales y sastres en toda cuidad importante y la institución con mayor poder –la Iglesia Católica- usaba pañuelos en sus atuendos ceremoniales.
Durante estos tiempos turbulentos, también empezó a resurgir el uso del pañuelo como accesorio, cuando la seda adquirió posicionamiento en el mercado europeo al ser importado de tierras de oriente. Durante los siglos 13 y 14, varios de los reyes de Europa llegaron a usar pañuelos, en particular el rey Ricardo II. La realeza tuvo gran influencia sobre sus súbditos en cuanto a la moda se refiere. Casi todo lo que el rey hacía era imitado por su corte y la burguesía y podemos suponer que el rey no era el único que usaba pañuelos.
Un Toque Real
Después del siglo 14, el pañuelo pasó a ser un accesorio de moda bastante importante por todo Europa. Las telas finas como la seda eran más comunes que nunca, así como también las técnicas de tinte y bordado, dando a la gente, una vez más, la oportunidad de presumir su buen gusto por la moda y su opulencia, a través de la selección de sus accesorios. Para el siglo 16, los italianos habían dominado el arte del pañuelo de seda decorativo. Catalina de Medici, conocida por tener gran influencia en cuanto a la moda y cultura se refieren, creó una tendencia significativa en hombres y mujeres al llevar consigo sus pañuelos favoritos al viajar a Francia, incluyendo unas deslumbrantes muestras para sus cortesanos y como obsequios para embajadores y diplomáticos.
En poco tiempo, los reyes y reinas de Tudor de Inglaterra portaban pañuelos sumamente elaborados, y se volvió una tradición obsequiar a la realeza pañuelos hechos especialmente para ellos, como muestra de aprecio y lealtad.
Según la leyenda urbana, se dice que María Antonieta era una gran admiradora de los pañuelos (los franceses restablecieron la moda de la Grecia antigua de perfumar sus pañuelos de seda) pero no le agradaba que fueran de diferentes tamaños y formas. Se dice que le exigió a su esposo, Luis XVI, que pasara una orden oficial para que todos los pañuelos fueran de tamaño y forma estándar – cuadrado de 16 pulgadas por 16 pulgadas. Estas siguen siendo las medidas más comunes de los pañuelos en la actualidad, pero habrá que confirmar si la reina de Francia tuvo algo qué ver en ésto en realidad.