¿Habrá otro accesorio para un atuendo, más elegante que un pañuelo finamente doblado? El pañuelo podrá ser un pequeño trazo de seda fina, pero es muy significativo para aquella persona con estilo refinado, que lo lleva doblado dentro de su saco, y ha representado muchas cosas para diferentes personas de diferentes culturas, a través de los años. Sin embargo, lo que nunca ha cambiado es que siempre ha sido considerado un símbolo de estilo y gusto individual.
Actualmente, en el siglo 21, relacionamos el pañuelo de seda con la ropa formal para caballero más que con cualquier otra cosa, y con el gusto por la moda con un toque clásico y un poco sofisticado. Pero ésto no siempre ha sido así. A través del tiempo, el pañuelo a sido un símbolo importante del amor y quizá el único con significado romántico, tanto en el Oriente como el Occidente, desde la antigua China hasta Turquía, Francia y la Edad Media en Inglaterra. Ha sido un símbolo del amor prohibido en baladas medievales; Shakespeare usó un pañuelo estampado con fresas para representar una trama de conspiración; ha sido la causa de peleas por celos y ha sido ofrecido como regalo a miles de amantes a lo largo de la historia.
No está claro cómo es que siempre se ha relacionado al pañuelo con el amor y el romanticismo. Algunos opinan que es porque se lleva cerca del corazón – en el bolsillo superior izquierdo del saco de un caballero o en el escote de una dama. Otros dicen que es porque simboliza la ropa de cama conyugal o porque puede estar impregnado con el aroma de alguna persona. Cualquiera que sea la razón verdadera, lo cierto es que el pañuelo lleva tejido entre sus hilos, millones de historias de amor acumuladas a través de los siglos. A continuación le presentamos algunas de nuestras favoritas:
El Amor Romántico en la Edad Media.
Durante el siglo 14, el pañuelo era un artículo de moda en Europa gracias a que el rey Ricardo II tenía gran aprecio por su colección de pañuelos bordados. Existe mucha documentación de esta época de un uso particular que le daban al pañuelo: las damas lo ofrecían a sus hombres de nobleza o soldados medievales favoritos, a cambio de ‘favores’, básicamente era una señal de admiración o interés romántico. Las damas usaban estos pañuelos ‘románticos’ en la cabeza, y, creemos, estaban impregnados del aroma de ellas cuando los entregaban a sus caballeros.
El Amor en el Siglo 16
La costumbre de ofrecer pañuelos como regalos, tuvo su punto más alto en la era Tudor, la Época de Oro del romance inglés. El rey Enrique VIII era un joven notablemente apuesto, con talento artístico y tenía gran interés en las relacionas amorosas, pero hoy se le recuerda más como un esposo poco ideal (decapitar a dos de sus seis esposas nunca es una buena señal). Para él, el intercambio de pañuelos era un gesto de pasión muy significativo, y se dice que tuvo un arranque de celos cuando cortejaba secretamente a Ana Bolena, y un pretendiente rival tomó el pañuelo de ella para limpiarse el sudor de su frente. La hija más pequeña de Enrique, Elizabeth ( la llamada ‘reina virgen’) fue una coleccionista apasionada de pañuelos de seda, y se dice que formó una extraordinaria colección de pañuelos bordados de los más finos, los cuales le fueron obsequiados por caballeros buscando ser candidatos para ser su esposo. Nunca se casó, pero su colección siguió creciendo hasta su vejez.
Códigos de Pasión Victorianos
Los victorianos fueron los maestros del mensaje de amor codificado. En estos tiempos, las reglas de etiqueta sociales eran sumamente estrictas y el futuro de una joven podría ser arruinado si era vista en compañía de un caballero, sin llevar chaperón. Por esta razón, surgen maneras de comunicarse en secreto, principalmente usando pañuelos de seda y lino. En poco tiempo, el pañuelo desarrolló su propio lenguaje, y era una herramienta eficaz de expresar amor y deseo sin levantar sospechas de las personas mayores presentes. A continuación, se presentan algunos ejemplos de mensajes codificados:
Frotar un pañuelo sobre la mejilla de alguien: Te amo
Frotarlo sobre la frente: Cuidado! Nos están observando
Frotarlo sobre los ojos: Perdóname
Doblarlo en las manos: Quiero hablar contigo
Ponerlo sobre la mejilla izquierda: No
Ponerlo sobre la mejilla derecha: Si
Ponerlo sobre un hombro: Sígueme
Guardarlo en el bolsillo: No mas romance por ahora, por favor.
Enrollarlo en la mano derecha: Estoy enamorado(a) de otro(a)
Enrollarlo en el dedo índice: Estoy comprometido(a) con otro(a)
Enrollarlo en el dedo del anillo: Estoy casado(a)
Como puede ver, este lenguaje codificado se volvió muy complejo, y se difundió por la clase media y alta a finales del siglo 18 y principios del siglo 19, como un medio de comunicación ingenioso y sugestivo. Los Victorianos también estaban muy interesados en el simbolismo de los colores, y además de regalar rosas de diferentes colores – cada una con un ‘significado’ diferente- presentaban los pañuelos cuyos colores expresaban mensajes para amores secretos o admiradores. El pañuelo blanco representaba una admiración prudente; uno rojo, representaba un amor sincero. El pañuelo con las orillas verdes representaba lealtad; uno todo verde se mandaba como recordatorio de responder a una carta de amor. El pañuelo azul significaba tristeza y uno amarillo representaba una disculpa por enfermedad, durante la cual no se podía salir. Era romántico pero muy complicado sin duda.
Los Pañuelos y las Bodas
El otro significado importante del pañuelo en cuanto al romance se refiere, tiene que ver con la máxima expresión de afecto en una sociedad: el matrimonio. Sigue siendo muy común que las esposas regalen a sus esposos, un pañuelo blanco con iniciales el día de su boda, algo así como un recuerdo de aquellos gestos románticos de antes. Parece ser que es una costumbre en varias partes del mundo. En Irlanda, las novias, tradicionalmente, guardan un pañuelo bajo su manga el día de su boda y también cosen un pañuelo blanco en un gorrito en el cumpleaños de su primera hija. En China, las parejas de casados intercambian pañuelos de la suerte rojos, y en Grecia, siempre hacen ‘el baile del pañuelo’, donde todos los asistentes cantan tomados de pañuelos entre ellos.